viernes, 28 de diciembre de 2012

La injusticia del despido por 'bajo rendimiento'

Desde que se aprobó y adoptó la última reforma laboral, el 13 de febrero de 2012, se empezó a extender como una epidemia el despido por bajo rendimiento, no hay cifras ni datos oficiales pero todo el mundo conoce algún caso. El despido por bajo rendimiento se encuentra dentro de los despidos disciplinarios, por el cual se acusa al trabajador de cometer faltas repetidas e injustificadas de asistencia o puntualidad; indisciplina, desobediencia u ofensas verbales al empresario o compañeros en el trabajo; transgresión de la buena fe contractual o abuso de la confianza en el desempeño; disminución continuada y voluntaria del rendimiento de trabajo; embriaguez habitual o toxicomanía si repercuten negativamente en el trabajo; o acoso al empresario o compañeros por motivos raciales, religiosos, sexuales o de discapacidad. En resumen, el empresario argumenta que el trabajador ha incumplido gravemente sus obligaciones y su rendimiento ha descendido de forma prolongada en el tiempo.

¿Por qué es el tipo de despido favorito?

Con este tipo de despido el trabajador no recibe indemnización alguna, por lo que el antiguo empleado denunciará sin dudarlo a la empresa. El juez normalmente dará la razón al trabajador, puesto que es muy complicado demostrar el bajo rendimiento de un trabajador en empresas donde el trabajo, la producción y las ventas dependen de varias personas. Si el juez da la razón al empleado y declara el despido como improcedente, la empresa tendría que pagar al afectado la indemnización correspondiente (33 días por año trabajado y un máximo de 24 mensualidades) pero en la realidad esto no suele suceder. La empresa se niega a aceptar la sentencia y a indemnizar al trabajador.

Lo peor para el trabajador está por llegar. Antes de la reforma laboral, el despedido (declarado como improcedente) tenía derecho a recibir los conocidos como salarios de tramitación, que son los salarios que deja de percibir el trabajador desde la fecha del despido hasta la notificación de la sentencia que califique el despido por primera vez. De modo que la empresa se ahorra la parte de salario que tiene que aportar a los salarios de tramitación durante todo el proceso judicial. 

A corto plazo no sirve para nada que el juez declare el despido como improcedente. Y es que, la empresa, como norma general, se va a negar a aceptar el despido como improcedente y se va a negar a pagar la indemnización al trabajador. El trabajador se verá obligado a recurrir y posiblemente a pagar varios cientos de euros en tasas judiciales, para esperar de nuevo un año, dos o tres la sentencia, que puede ser o no favorable.

El uso de este despido se está convirtiendo en algo habitual como se puede ver en estos ejemplos: aquí, aquí o aquí. Este tipo de despido se ha creado para que las empresas puedan ajustar sus plantillas y adecuarlas al contexto económico, despidiendo a los trabajadores poco productivos y nada rentables. El problema es que muchas empresas están abusando del despido por bajo rendimiento, lo están utilizando para librarse de trabajadores que llevan muchos años en la empresa y que, por tanto, suelen estar mejor remunerados gracias esa antigüedad. 

La conclusión de todo esto es que a día de hoy, despedir en España es muy barato o incluso gratis. Mientras que el trabajador se ve obligado a invertir grandes cantidades de tiempo y dinero que pueden terminar siendo en balde. 

Sígueme en @vnieve19



miércoles, 26 de diciembre de 2012

España está siendo rescatada en 'secreto'

Como ya comenté en un post anterior, la deuda externa bruta de España alcanza los 1,8 billones de euros, es decir, en términos relativos asciende a un 177% del PIB más o menos. Dicho esto, un lector me comentó que le interesaría saber quién tiene esa deuda externa, qué agentes son los que están más endeudados con el exterior y cuál ha sido la evolución de la deuda de estos agentes desde el comienzo de la crisis.

Elaboración propia con datos del BdE


Observando el gráfico se puede ver claramente que los bancos privados son los agentes con un mayor nivel de endeudamiento exterior, esto es algo totalmente lógico, puesto que las entidades financieras son las encargadas de conceder créditos a empresas y familias, los bancos son la vía por la que fluye el crédito que más tarde hay que devolver ( de modo que es una deuda legalmente de los bancos pero creada también por familias y empresas). Desde la entrada en el euro, el gasto y la inversión de las familias y empresas creció muy deprisa, tan rápido que el ahorro nacional no fue suficiente para cubrir esta demanda de crédito. Los bancos no quisieron perder esta oportunidad y aprovechando las ventajas del euro se endeudaron con el exterior, es decir, pidieron prestado los ahorros de los alemanes, holandeses, belgas etc. para conceder créditos a empresas y familias españolas.

En el apartado del gráfico que representa otros residentes se encuentran los créditos que pidieron directamente las grandes empresas españolas (sin usar los bancos españoles como puente) a entidades financieras extranjeras. | Puede consultar estos datos en la web del Banco de España pinchando aquí y aquí.

España está siendo rescatada

Pero lo que realmente llama la atención del gráfico es el crecimiento de la deuda del Banco de España con el exterior, en 2008 era de 12.300 millones de euros y ahora es casi de 400.000 millones de euros. ¿Qué ha pasado para que nuestro banco central se endeude hasta las cejas? La respuesta a esta complicada pregunta se llama TARGET2, acrónimo de Trans-European Automated Real Time Gross settlement Express Transfer system, que es un sistema de pagos entre entidades bancarias de diferentes países de la Eurozona, en dinero de banco central, proporcionado por los bancos centrales nacionales, y gestionado por el Eurosistema (definición de Jorge Uxó y Fernando Bermejo, Universidad de Castilla La Mancha).

Como se puede observar la función de los bancos centrales nacionales es todavía amplia, son los que se encargan, entre otras cosas, de saldar las deudas entre los bancos privados de su país y el resto de bancos de la Eurozona, a través del sistema TARGET2. ¿Qué es lo que está sucediendo? Antes de la crisis nuestra demanda de crédito podía ser satisfecha a través del ahorro exterior, alemanes, holandeses, etc. estaban dispuestos a prestarnos sus ahorros a cambio de un interés. Además, cuando nuestras deudas iban venciendo y teníamos que devolverlas también estaban dispuestos a refinanciarnos. Los bancos españoles conseguían financiación exterior con facilidad, pero desde el estallido de la crisis el mercado interbancario, las emisiones de deuda por parte de los bancos españoles, etc. se han secado, nadie quiere refinanciar nuestra deuda.

Ante esta situación, los bancos españoles está acumulando deudas con el Banco de España, y este a su vez con el TARGET2 ( el resto de los bancos privados y centrales de los periféricos viven algo similar). Por eso, en el gráfico se ve como la deuda del BdE con el exterior ha crecido a pasos agigantados desde el comienzo de la crisis. Esta deuda del BdE con el sistema TARGET2 es igual a los derechos que está adquiriendo el Bundesbank (banco central de Alemania) y el resto de los bancos centrales de Estados acreedores sobre el resto de la Eurozona. Esto sin duda se trata de un rescate de España valorado en más de 350.000 millones de euros, las deudas que no pueden pagar bancos, familias, empresas y Administraciones Públicas, son responsabilidad ahora del BdE y a continuación al sistema TARGET2. El Banco de España y el Eurosistema se están haciendo cargo de parte de las deudas de los bancos privados españoles.

Sígueme en @vnieve19

Aquí puede obtener más información sobre el TARGET2:







jueves, 13 de diciembre de 2012

Gráfico: La elevada tasa de paro en España dispara la productividad

(2005-2012)
Elaboración propia con datos de Eurostat e INE

Uno de los problemas que ha arrastrado España, desde la entrada en vigor del euro, ha sido la baja productividad de nuestro país y, como consecuencia, la escasa competitividad de los bienes y servicios producidos en España. Se puede definir productividad como la relación entre los bienes y servicios finales obtenidos en el proceso de producción y los recursos utilizados. Es un indicador de eficiencia que relaciona la cantidad de producto utilizado con la cantidad de producción obtenida. (definición de Miguel Ángel García, profesor de Economía en la URJC y jefe del Gabinete Económico de CC.OO.)

Para calcular la productividad en un país se suele usar la productividad aparente del factor trabajo, un indicador que divide la producción entre el número de ocupados, es decir, se divide el PIB real entre el número de personas que están trabajando. Cuanto más alto sea el PIB y menor el número de ocupados la productividad será mayor, lo que en principio supone precios más bajos (se produce más con menos) y unos bienes y servicios más competitivos respecto a los del resto de Estados menos productivos.

Como se puede observar en el gráfico, en España el crecimiento de la productividad fue nulo o incluso negativo durante los años de mayor crecimiento económico. Y es que, durante esos años la ocupación creció con fuerza a la vez que la tasa de paro disminuía, es decir, el divisor de nuestra división (producción entre número de ocupados=productividad) era cada vez más alto, de modo que el cociente (productividad) no crecía. Es cierto que el dividendo (PIB) también aumentaba, pero a un ritmo menor que el divisor.

La explicación de este fenómeno es sencilla, el modelo productivo de España se centró en la construcción, un sector muy intensivo en factor trabajo (se necesitan muchos obreros para construir una casa) que propició un fuerte incremento del número de ocupados, mientras que el escaso valor añadido de este sector no ayudó a lograr un crecimiento del PIB proporcional. La burbuja inmobiliario empleó a millones de españoles en un sector con escaso valor añadido y poco productivo, por eso, España registró unos crecimientos de la productividad muy reducidos, mientras que Alemania u Holanda registraban otros mucho más elevados. (En Alemania fabricaban BMW y en España ladrillo)

Ahora que se está destruyendo puestos de empleo cada día, el número de ocupados es menor cada vez que se publican las encuestas de la EPA, mientras que el PIB no se ha movido demasiado desde que comenzó la crisis. En términos generales el crecimiento real del PIB se ha estancado en España. Por eso la productividad crece tanto en estos momentos, el divisor (los ocupados) ha caído con fuerza, mientras que el dividendo (PIB o producción) se ha mantenido estable. Además, la mayoría de los puestos de trabajo que se han destruido estaban relacionados con el poco productivo sector de la construcción. Ahora, la productividad crece a pasos agigantados en España (con menos ocupados seguimos produciendo lo mismo) mientras que en Alemania y Holanda se ha estancado. A largo plazo, esta situación debería llevarnos a crear empleo de nuevo, puesto que nuestros bienes y servicios van ganando en competitividad mientras la situación se mantenga así.

Sígueme en @vnieve19

domingo, 9 de diciembre de 2012

Gráfico: España, líder en desigualdad de la Unión Europea

Elaboración propia con datos de Eurostat

Según el indicador de desigualdad en la distribución de la renta de la oficina estadística de la Comisión Europea (Eurostat), España es el Estado de la Unión Europea en el que la desigualdad en la distribución de la renta es mayor en 2011. El dato es sorprendente, pues encabezamos el ranking dejando atrás a países con un menor nivel de desarrollo y sistemas tributarios poco desarrollados y obsoletos. España supera en desigualdad a Estados como Letonia, Hungría o Rumania, todos ellos de reciente incorporación a la UE y con niveles de renta per cápita y un Estado de Bienestar muy inferior al español. Puede comprobar estos datos en la página oficial de Eurostat pinchando aquí.

En el gráfico se puede observar como el ratio de desigualdad en la distribución de la renta en España es de 6,8. Esto quiere decir que el 20% de la población con una renta disponible (la renta que queda tras deducir impuestos directos e indirectos) más alta, tiene 6,8 veces más renta disponible que el 20% de la población española con una renta disponible más baja. En 2010, el ratio en España era de 6,9, más alto todavía, pero Lituania encabezaba la clasificación con un ratio de desigualdad de 7,3. Puede comprobar los datos oficiales de 2010 y estudiar la metodología empleada en el indicador pinchando aquí

Que España sea el Estado con mayor desigualdad en la distribución de la renta en la Unión Europea, quiere decir que las Administraciones Públicas están fallando en su misión de redistribuir la renta entre los agentes económicos. La distribución primaria se produce entre el empresario y los asalariados (Excedente bruto de explotación o renta mixta y la remuneración de los asalariados), esta primera distribución suele estar cargada de desigualdad, existen grandes diferencias entre la renta de los empresarios y trabajadores, y entre la de los propios asalariados (unos ganan mucho más que otros). Por eso, las Administraciones Públicas intentan realizar una segunda distribución de la renta o redistribución, que procura ser más equitativa. Esta redistribución se realiza a través de los impuestos y el gasto público, se pide un mayor esfuerzo tributario a las rentas más altas y, en principio, una parte más importante del gasto público (recaudado con esos impuestos) recae sobre los más desfavorecidos del país.

Como podemos comprobar con estos datos de desigualdad en 2011, la redistribución de la renta en España no es eficiente. De modo que habría que plantearse dos cuestiones: 1 trabajar para que sea más eficiente y se despilfarre menos dinero en el camino. 2 Que el grado de intervención de las Administraciones Públicas se redujera, con el objetivo de dar mayor libertad a una economía y a unos ciudadanos, que se ven ahogados por los continuos incrementos de la presión fiscal. Ayer se publicaba una noticia con el siguiente titular: Rajoy ha subido 27 impuestos en su primer año de gobierno.


Sígueme en Twitter @vnieve19




jueves, 6 de diciembre de 2012

Gráfico: la deuda externa de España se ha triplicado entre 2002-2012

Elaboración propia con datos de Eurostat

La deuda externa bruta de España se ha triplicado en tan sólo 10 años, desde 2002 hasta 2012 ha pasado de 600.000 millones de euros a 1,8 billones de euros. Desde la entrada en vigor del euro y su puesta en circulación los agentes económicos de España han podido acceder al crédito a unos costes infinitamente inferiores a lo que lo hacían antes del euro. El Banco Central Europeo, sobre el que recae la política monetaria de todos los Estados integrantes de la Eurozona, mantuvo el tipo de interés de referencia (el precio oficial del dinero) en cotas excesivamente bajas, lo que permitió que los agentes de los países periféricos    endeudarse con cierta facilidad. 

El ahorro nacional de estos Estados no fue suficiente para satisfacer las demandas de crédito de empresas y familias, de modo que las instituciones financieras de estos países comenzaron a buscar ahorro exterior, sobre todo de Alemania, Holanda y otro pequeños Estados de la zona euro que tenían un exceso de ahorro. También las empresas tuvieron acceso al crédito exterior de forma directa y a través de OPV y emisiones de bonos y otros activos de renta fija que eran adquiridos por inversores de los Estados mencionados con anterioridad. 

Una parte importante de esta deuda externa, la mayor parte, se usó para invertir en ladrillo, para inflar la burbuja inmobiliaria que ahora contamina los balances de los bancos y no permite a las familias consumir e invertir hasta que acaben con estas inmensas deudas hipotecarias. Lo lógico hubiera sido usar este endeudamiento para mejorar nuestro modelo productivo, para que los agentes hubieran creado empresas diferentes a constructoras o bares; para que las empresas ya creadas invirtiesen en I+D, tecnología, formación del capital humano, etc. cualquier inversión productiva que hubiera mejorado la competitividad de los bienes y servicios producidos en España. Si esto hubiera sucedido este endeudamiento con el exterior se podría devolver con facilidad, ya que habría servido para general mayores niveles de renta para empresas, familias y la administración pública.

Sin embargo ahora tenemos que devolver 1,8 billones de euros a agentes no residentes, a esto hay que sumarle los intereses que genera esta deuda y que también se van a marchar al extranjero. Exportamos riqueza al exterior. A día de hoy las Administraciones Públicas tienen una deuda con el exterior de 237.608 millones de euros. Los bancos tienen una deuda externa de 591.736 millones de euros, aquí se encuentra la deuda de las familias con el exterior y algunas empresas que están bancarizadas. El Banco de España tiene una deuda con el exterior de 408.695. Mientras que las empresas 384.143 millones de euros. Hasta que este nivel de deuda externa (junto al nivel de deuda interno) no sea sostenible los agentes económicos de España no podrán volver a consumir e invertir, y por lo tanto la economía no se volverá a ver como desciende la tasa de paro.