jueves, 10 de enero de 2013

Gráfico: Deuda Privada vs Deuda pública (1995-2012)

Elaboración propia con datos de Eurostat y Banco de España
Como se puede ver en el gráfico, sobre 1995 la deuda pública y la deuda privada tenían un peso similar sobre el producto interior bruto de España. La deuda de las Administraciones Públicas y de los agentes privados (familias y empresas) se encontraban equilibradas. 

A partir de 1998-1999 la tendencia cambió radicalmente, el euro estaba muy cerca de llegar a nuestros bolsillos y el Banco Central Europeo sería el dueño de la política monetaria de España. El tipo de interés de referencia (interés al que se financia el sector financiero) impuesto por el BCE fue muy inferior al que aplicaba el Banco de España años anteriores, para luchar contra la inflación y lograr un crecimiento y unas cuentas equilibradas (públicas y privadas).  España compartiría moneda y política monetaria con Estados como Alemania o Francia, de modo que el tipo de interés de referencia había que elegirlo con cuidado para fuese beneficioso para todos los miembros de la Eurozona, una tarea ardua.

Como se ha podido comprobar durante la crisis, los tipos de interés que manejó el BCE desde 1999 hasta el 2007 causaron grandes desequilibrios en los Estados euro. En el gráfico se puede ver como los agentes privados españoles aprovecharon estos tipos reducidos para endeudarse a un precio irrisorio. Los bancos nacionales accedieron a los mercados monetarios con facilidad y sin pagar a penas intereses para lograr esta financiación, que luego prestarían a familias y empresas. Mediante este sencillo sistema la deuda privada fue creciendo hasta superar con creces los dos billones de euros, 1,2 billones de empresas y unos 900.000 millones de euros a las familias. Una deuda bancarizada, es decir, los españoles debían el dinero a los bancos, y los bancos se lo debían a su vez a otros españoles y una parte muy importante también al exterior (deuda externa).

Mientras que el sector privado se endeudaba, el sector público aprovechaba el crecimiento del PIB (a base de endeudamiento) y, por ende, de los ingresos públicos, para reducir paulatinamente su deuda. En 2007 la deuda pública española cayó al 37% del PIB, mientras que la privada superaba con creces el 200% del PIB. El Estado registró varios superávits durante el ciclo expansivo.

Poco después estalló la crisis de las hipotecas subprime en Estados Unidos, que prendió la mecha para que estallase la crisis en Europa y la burbuja inmobiliaria en España (por cierto, la mayor parte del endeudamiento privado en España se usó para comprar y construir viviendas). El sector privado se vio con una deuda de más de 2 billones de euros que nadie quería refinanciar, el riesgo era muy alto para volver a prestar dinero a unos bancos españoles, que tenían los balances llenos de ladrillo sin valor. De modo que el sector público tuvo que salir al rescate, al rescate de los bancos, a pagar prestaciones por desempleo, etc. mientras que los ingresos públicos disminuían ante la caída de la actividad económica.

Por eso durante estos últimos años, la deuda pública ha crecido con tanta fuerza mientras que la privada se reduce levemente. Se está produciendo un intercambio de deudas, el sector público rescata al privado y se queda con su deuda con la esperanza de que el sector privado la devuelva algún día. Mientras tanto, los intereses que tiene que pagar el Estado para emitir deuda crecen, se incurre en elevados déficits y la crisis de  deuda privada pasa a ser de deuda pública.

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