jueves, 17 de enero de 2013

La devaluación interna en España, al borde del fracaso

La Eurozona ha decidido que la mejor forma para corregir los desequilibrios de algunos Estados y salir de la crisis sea a través de una devaluación interna. Esta devalución consiste en lograr que los bienes y servicios producidos en España u otros Estados con los mismos problemas sean más competitivos y ganen cuota de mercado en el exterior e interior. Se pretende que España produzca más barato y mejor, mediante la moderación salarial y la reducción de los beneficios distribuidos (todo beneficio que no es reinvertido en la empresa para mejorarla, es decir, dividendos a accionistas, etc.). Lo explica muy bien el Responsable Económico de CCOO, Miguel Ángel García, aquí. Mediante esta fórmula se plantea que estos Estados salgan de la crisis exportando, y así corrijan los déficits por cuenta corriente, que les han llevado a tener unas deudas con exterior inmensas que ahora hay que devolver.

Esta fórmula ya se probó en los países bálticos durante 2009-2010 con excelentes resultados, estos Estados del norte crecen y crean empleo en la actualidad. Se puede ver un buen ejemplo de la devaluación interna en los países bálticos aquí. En España, la devaluación interna, tras mucho sufrimiento, ha comenzado a dar sus frutos, aunque aún no se puede observar aún en la economía real (PIB y creación de empleo siguen a la baja) si se puede ver observando la demanda exterior neta (exportaciones menos importaciones) que es positiva después de muchos años.

Elaboración propia con datos de Eurostat
Como se puede ver en el gráfico, España ha exportado más de lo que ha importado en los dos últimos trimestres de los que se tienen datos en 2012, es un síntoma claro de la buena salud que gozan los bienes y servicios Made in Spain y de la significativa reducción de las importaciones. Pero esto no va a ser suficiente para salir de la crisis, para que un Estado puede crecer vía exportaciones necesita que sus principales socios comerciales compren esos bienes y servicios, es decir, que Alemania, Francia, Portugal, etc. puedan mantener unos elevados niveles de consumo e inversión, y así decidan importar los competitivos bienes producidos en España.

Elaboración propia con datos de Eurostat
Sin Europa no hay crecimiento

Como se puede analizar en el gráfico, el consumo y la inversión en la Unión Europea están de capa caída, la recesión vuelve a amenazar a Francia y Alemania, poniendo en peligro la salida de la crisis de España vía exportaciones. Si la demanda de los Estados que forman la Unión Europea no tira del carro, España verá muy limitado su campo de exportación (España realiza más del 67% de las transacciones comerciales con la UE). Los últimos datos son entristecedores: desplome de las ventas de coches europeas. Todo el proceso de devaluación interna podría haber sido una pérdida de tiempo y un gran daño sin recompensa para los ciudadanos de España.

En los países bálticos funcionó a la perfección, por una sencilla razón, mientras que ellos implementaban la devaluación interna en el resto de países del mundo se ponían en marcha los planes de estímulo fiscal acordados y negociados en la cumbre del G-20 de Whasington. Ahora es diferente, no hay planes de estímulo fiscal, y como dijo el Gobierno alemán a Mariano Rajoy "no vamos a alimentar el crecimiento europeo".

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